Sin lugar a dudas, la cocina española está fuertemente influenciada por la cocina mediterránea, sus sabores, aromas, ingredientes, combinaciones y preparaciones. También de los pueblos que invadieron su territorio, así como de los pueblos y colonos que estuvieron bajo su reinado durante la época del Imperio Español.
La cocina antes de la llegada de los romanos a la península ibérica se desconoce por completo. Es probable que usaran grasas animales, debido al desconocimiento del aceite como base para cocinar.
En aquella época era bastante famoso el «garo», una salsa hecha a partir de pescados fermentados, la que fue exportada a muchos rincones de la cuenca del Mediterráneo. En la Roma Imperial, el garo se convirtió en uno de los ingredientes típicos de toda clase de platillos.
Uno de los platos predilectos de todas las clases en Roma eran los garbanzos, los que, probablemente, se servían en forma de puré. A este platillo se le denominaba puls.
Además de la predilección hacia los garbanzos, también existía una afición hacia las setas, sobre todo en las regiones del norte de la Hispania.
Los habitantes de esta zona llegaron a dominar de gran forma el arte del injerto. Asimismo, manejaban la viticultura de igual manera, la cual llegó a esta zona gracias a los griegos.
Con la llegada de los pueblos visigodos, éstos incorporaron la elaboración de cerveza. El cambio fundamental llegaría allá por el año 711, cuando pueblos árabes cruzaron el estrecho de Gibraltar, los que introdujeron nuevas técnicas de cocinas, además de nuevas especias y alimentos provenientes de Medio Oriente.
Entre los alimentos introducidos se encuentran el arroz, el azúcar de caña, el sorgo, la sandía, la berenjena, las espinacas, el melocotón, el limón, la naranja y los cítricos en general. En esta época comenzaron las grandes plantaciones de arroz debido a la introducción de este cereal en la tienda cotidiana de la península.
Otro alimento introducido durante este periodo que logró una gran popularidad en toda la península son las almendras, las que desde entonces se introdujeron a la cocina regular de toda la Hispania medieval.
Todos los ingredientes mencionados en este apartado han sido introducidos en los platos más característicos de la cocina española hasta el día de hoy. Es común encontrar platos que incorporan raíces árabes y bereberes de la época andalusí.
Además, gran parte de las preparaciones que se hicieron de la mesa española durante esta época fueron llevadas hasta América Latina y se extendieron por gran parte de los territorios del Imperio Español, fusionándose con los sabores e ingredientes típicos de esa parte del mundo.