Los platos de la cocina española son bastante particulares y no es sencillo elegir unos sobre otros. De todas formas, pueden elegirse algunos que representan de gran forma la gastronomía urbana.
El primero, y quizá el más conocido, es la paella. Su nombre se debe a la sartén en la que se preparan los alimentos. En los primeros días de este platillo, solían añadirse carne de conejo, judías verdes y blancas, pollos, caracoles y verduras. Hoy en día, se caracteriza por el arroz, las gambas, los calamares y los mejillones.
El segundo platillo es el jamón serrano, aunque más que un platillo es un elemento constitutivo de la cocina española. Este corresponde a las patas traseras del cerdo que se ponen en salazón y se curan al aire. Un preparación única de esta regiones que combina bien con todo y es genial en cualquier tabla.
El tercer y último platillo es la tortilla de patatas. Huevos, patatas, pimienta, sal y un poco de aceite es lo único que requiere esta preparación. Su origen data del año 1800 y continúa sirviéndose en todos los bares y restaurantes de la península ibérica.